Museo Aeronáutico de Lanzarote

Echando la vista atrás

Hasta los años cuarenta las islas Canarias se encontraban prácticamente aisladas, el transporte marítimo era lento e impreciso y la idea de viajar allí para hacer turismo ni siquiera era una opción que se planteara.

Aunque ahora parezca inimaginable la vida sin aviones, no sería hasta 1946 cuando Lanzarote recibiría con alegría la llegada del primer avión comercial, un Junker 52 con aspecto destartalado que solo llevaba dos pasajeros a bordo.

Los primeros vuelos fueron una auténtica aventura, se pesaba a los pasajeros junto con sus maletas para cuidar al milímetro cada detalle y poco a poco los ciudadanos fueron perdiendo el miedo a volar, algo que pasaría a convertirse en un placer y en una herramienta para descubrir el mundo.

Cuando comenzaron a realizarse vuelos regulares entre las islas y con enlace a las principales ciudades españolas, se hizo una importante inversión para transformar el Aeropuerto de Lanzarote en un espacio agradable preparado para la llegada de los turistas.

El aeropuerto se convirtió entonces en un lugar especial para la sociedad al ofrecer un improvisado lugar de reuniones en su cantina, o bien un espacio para el médico, que comenzó a pasar consulta en la terminal ante la falta de otro lugar habilitado para ello.

El museo de un vistazo

El recorrido por el Museo Aeronáutico de Lanzarote nos lleva en un viaje en el tiempo para conocer las estancias en las que nació la historia de la aviación en la isla.

En las exposiciones se pueden ver fotografías y documentos de los primeros aviones que llegaron a la isla, retratos que dejan constancia de que, durante los años cuarenta, viajar en avión era una auténtica aventura solo para los más valientes.

Además de las fotografías y los paneles explicativos, el museo muestra diferentes piezas como los primeros teléfonos, antiguas cartas de navegación, medidores de la velocidad del viento, peculiares básculas o cintas de embarque de rudimentario funcionamiento.

En una de las salas se puede ver una reproducción de la conocidísima obra “Lanzarote” de César Manrique, una hermosa pintura realizada en 1953 que compone un fiel retrato social y cultural de la época.

La guinda del pastel la pone la planta superior de museo, donde se puede visitar la torre de control del antiguo aeropuerto.

Pequeño pero interesante

Aunque a simple vista parece un museo pequeño, el Museo Aeronáutico de Lanzarote está repleto de historia e historias y su visita resulta muy interesante a la hora de conocer el pasado y el presente de la isla. La visita es gratuita y no lleva demasiado tiempo, por lo que es una opción muy recomendable.